Sumida en la escasez, la otrora Cuba revolucionaria atraviesa una crisis estructural agravada por el colapso agrícola, la caída del turismo y el rezago tecnológico
Cuba, que hace 66 años deslumbró al mundo con una revolución que prometía justicia social y soberanía, hoy importa huevos desde República Dominicana para poder alimentar a su población. El dato ilustra el grado de deterioro que sufre una economía empobrecida, sin divisas, ni producción ni respuestas eficaces.
La caída del turismo, el colapso agrícola, el rezago tecnológico y las nuevas restricciones impuestas por Estados Unidos han agravado una crisis que ya no es cíclica, sino estructural. Cuba camina a trompicones dentro de un modelo político y económico agotado, incapaz de reformarse ni de garantizar condiciones básicas de vida.
Sectores tradicionales como el azúcar, el tabaco y el ron —símbolos de la identidad exportadora cubana— se encuentran en declive. En 2023, las exportaciones de bienes no superaron los 1,600 millones de dólares, según el Observatorio de Complejidad Económica.
A falta de producción interna, la isla depende cada vez más de sus vecinos. Solo en febrero de 2025, República Dominicana exportó más de 30 millones de huevos, por un valor superior a los 20 millones de dólares, según la Asociación Dominicana de Avicultura.
Cuba, junto a Haití, será la única economía de América Latina en recesión durante tres años consecutivos, proyecta la CEPAL.

Pobreza extrema
El VII estudio sobre derechos sociales en Cuba del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), establece que en la actualidad el 89 % de los cubanos vive en «extrema pobreza», mientras que el 86% de los hogares apenas sobrevive, y al 61% no le alcanza ni para lo esencial.
Siete de cada diez encuestados confesaron haber dejado de desayunar, almorzar o cenar por falta de recursos.
Además, el 91 % desaprueba la gestión del Gobierno, y apenas un 3% considera que el modelo cubano debe servir de referencia para el desarrollo futuro.
Los apagones eléctricos son otro reflejo del colapso. En provincias del oriente cubano se reportan cortes de luz de hasta 18 horas diarias, producto de una red energética obsoleta, sin capacidad de generación suficiente ni recursos para mantener operativas las termoeléctricas.
18%de la población de Cuba ha abandonado el país en los últimos años, arrastrada por la precariedad, el colapso productivo y la falta de expectativas

Este deterioro ha trastornado la vida cotidiana: desde hospitales que deben funcionar con plantas de emergencia, hasta comercios que pierden mercancía por falta de refrigeración.
En materia tecnológica, el país ha quedado rezagado respecto a sus vecinos del Caribe. La cobertura de internet es limitada y costosa. En abril de 2024, el Gobierno cubano anunció un aumento de hasta un 25 % en las tarifas de los paquetes de datos móviles.
En junio pasado se produjeron nuevas alzas y las agencias de prensa registraron los datos del contraste: el salario promedio en Cuba ronda los 5,700 pesos (unos 47 dólares) y el paquete de recarga más barato, de unos 3 GB, se vende a 3,360 pesos cubanos (equivalente a 28 dólares).
Turismo en picada
En medio de apagones, inflación descontrolada, el país perdió más del 50% de sus visitantes en siete años.
En 2024, el país solo recibió 2.2 millones de turistas una cifra muy distante de los 4.7 millones que registró en su mejor momento, en 2017. En una publicación reciente The Economist ha resaltado que la situación ha deteriorado la competitividad del destino frente a países como República Dominicana, México o Jamaica.
Las interrupciones eléctricas diarias, la escasez de alimentos y servicios básicos, y una inflación de hasta tres dígitos afectan tanto a la población local como a quienes llegan de visita.
Las consecuencias ya se sienten entre sus principales mercados emisores. De acuerdo con el citado medio, la llegada de turistas canadienses cayó un 30 % en el primer trimestre del año, debido a las malas condiciones de infraestructura y a los frecuentes apagones.
«La falta de servicios regulares en Cuba hace que planificar unas vacaciones allí sea muy estresante», explicó Amra Durakovic, de Flight Centre Canadá. Mientras tanto, las agencias de viajes redirigen el flujo hacia destinos mejor preparados, como la República Dominicana.
Cuba enfrenta uno de los momentos más críticos de su historia moderna: el turismo, esencial para su economía, se ha desplomado desde los 4.7 millones de visitantes en 2017 hasta apenas 2.2 millones en 2024, y las previsiones para 2025 apenas alcanzan los 2.6 millones Este derrumbe se debe a una combinación de apagones frecuentes, inflación descontrolada, escasez de alimentos y una infraestructura turística en ruinas, lo que ha empujado a cadenas como Meliá e Iberostar a replantear su presencia en la isla, y desviar viajeros hacia destinos más confiables como la República Dominicana.

El éxodo
En paralelo, la crisis económica ha forzado un éxodo masivo: la población cubana se redujo en un 18 %. Según el reconocido economista y demógrafo cubano Juan Carlos Albizu-Campos, tomando como base datos oficiales y estimaciones propias, asegura que el número de cubanos residentes en la isla a finales de 2024 ascendía a 8,025,624, lejos de los 9,748,532 de las estadísticas del país.
A esto se suma un nuevo golpe: el 4 de junio de 2025, el presidente Trump firmó un veto migratorio que impide la emisión de nuevas visas —incluidas B 1, B 2, F, M y J— a ciudadanos cubanos.
La medida, que entró en vigor este lunes 9, incluye a Cuba entre las naciones que presentan un riesgo elevado, debido a la presencia de grupos terroristas, deficiencias en la cooperación para seguridad de visas, fallas en la verificación de identidad, entre otros factores.
Mientras tanto, los cubanos que aún pueden viajar enfrentan condiciones precarias: apagones, falta de servicios básicos y deterioro sanitario, que no solo ahuyentan al turismo, sino también complican la planificación de quienes aún contemplan salir del país.
En este entorno, destinos como la República Dominicana ganan protagonismo regional y consolidan su liderazgo turístico frente a la crisis cubana.
(c) Por: Elina María Cruz. Diario Libre