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El presidente Donald Trump informó este sábado que Estados Unidos atacó tres instalaciones nucleares en Irán.
«Hemos completado con gran éxito nuestro ataque contra tres instalaciones nucleares en Irán, entre ellas Fordo, Natanz y Isfahán. Todos los aviones se encuentran ahora fuera del espacio aéreo iraní», escribió en la red social Truth Social.
Trump añadió que se lanzó «una carga completa de bombas» sobre Fordo y que todos los aviones estaban de regreso a Estados Unidos.
En una declaración televisada posterior, el presidente estadounidense añadió: «Nuestro objetivo era la destrucción de la capacidad de enriquecimiento de uranio de Irán y un alto a la amenaza nuclear planteada por el Estado patrocinador del terror número uno del mundo».
Y describió los ataques como un «éxito militar espectacular» que produjo la destrucción «completa y total» de las tres instalaciones nucleares.
Los ataques estadounidenses en suelo iraní se dieron en coordinación con Israel, confirmaron el presidente Trump y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
«Trabajamos como equipo, como quizás ningún otro equipo ha trabajado antes», expresó Trump.
Netanyahu reaccionó al ataque felicitando a Donald Trump y agregó: «El presidente Trump y yo solemos decir: ‘La paz a través de la fuerza’. Primero viene la fuerza, luego la paz».
«La historia recordará que el presidente Trump actuó para negar al régimen más peligroso del mundo las armas más peligrosas del mundo», concluyó.
La agencia de noticia Reuters informó que bombarderos B-2 estuvieron involucrados en los ataques estadounidenses, según un funcionario de la Casa Blanca.
Altos funcionarios del Departamento de Defensa también confirmaron que en los ataques se utilizó el penetrador de municiones masivo (MOP) GBU-57A/B, la mayor bomba no nuclear «rompebúnkeres» del mundo, propiedad exclusiva de Estados Unidos.
Esta arma guiada con precisión, de 13.600 kg de peso, puede penetrar el complejo subterráneo de Fordo, enterrado en las profundidades de una montaña.
Desde el inicio de los ataques entre Irán e Israel el pasado 13 de junio, estaba sobre la mesa la pregunta de si Estados Unidos intervendría o se quedaría al margen.
El ataque de este sábado llega apenas dos días después de que el presidente estadounidense dijera que tomaría esa decisión «en un plazo de dos semanas».

Una posible escalada
Según la corresponsal para Norteamérica de la BBC, Nomia Iqbal, la participación de EE.UU. en este conflicto genera preocupación por una posible escalada de la tensión en Medio Oriente.
En su declaración televisada, Trump afirmó: «Irán, el matón del Medio Oriente, ahora debe hacer la paz. Si no lo hacen, los ataques futuros serán mucho más grandes y mucho más fáciles».
Según CBS, cadena socia de la BBC, EE.UU. se había comunicado por canales diplomáticos con Irán antes de llevar a cabo los ataques para anunciar que su intención no es conseguir un cambio de régimen sino debilitar el programa nuclear iraní.
Previamente, Trump había expresado que su intención tampoco es, por ahora, matar al líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei.
El ministro de Relaciones Exteriores iraní, Abbas Araghchi, había dicho horas antes del ataque que una intervención estadounidense directa en el conflicto sería «muy, muy peligrosa».
Las autoridades iraníes confirmaron los ataques a las tres instalaciones mencionadas por Trump.
«Se han escuchado varias explosiones en Natanz e Isfahán, hemos visto ataques cerca de las instalaciones nucleares de Isfahán y Natanz», expresó Akbar Salehi, vicegobernador de seguridad de Isfahán, una provincia al sur de Teherán.
De acuerdo con la televisión estatal iraní, las tres instalaciones nucleares ya habían sido evacuadas.
Irán «no sufrió un golpe importante porque los materiales ya habían sido retirados», afirmó el subdirector político de la cadena estatal iraní, Hassan Abedini.
Fordo

Uno de los objetivos del ataque fue Fordo, una planta de enriquecimiento de uranio bajo tierra, situada a unos 96 km al sur de la capital, Teherán.
Se cree que Fordo consta de dos túneles principales que albergan centrifugadoras que son utilizadas para enriquecer uranio, así como una red de túneles más pequeños.
Antes del ataque de este sábado, Israel le había pedido a Washington que interviniera, ya que Estados Unidos es el único país con capacidad militar para atacar la instalación.
El bombardero B-2 es el único avión capaz de llevar el penetrador de municiones masivo (MOP) GBU-57A/B, que puede penetrar la capa de concreto que protege a la instalación de Fordo.
Los ataques israelíes de los últimos días ya habían provocado daños en las instalaciones nucleares de Natanz e Isfahán.
Según el ejército israelí, sus ataques contra Isfahán habían logrado desmantelar «la instalación que producía uranio metálico, la infraestructura de reconversión de uranio enriquecido, laboratorios, e infraestructura adicional», pero al menos una parte bajo tierra no había sido alcanzada.
La instalación en Natanz incluía una sala de centrifugadoras subterránea, que, según el ejército israelí, también fue dañada en un ataque reciente.

«Este es un momento trascendental»
Análisis del corresponsal de la BBC Mark Lowen desde Tel Aviv, Israel
La pregunta que surge tras los ataques estadounidenses contra Irán es ahora cuál será la reacción de Teherán.
Se trata de un momento crucial en la guerra y en las relaciones entre Irán e Israel, que tiene implicaciones potencialmente enormes para la seguridad estadounidense.
Hay alrededor de 40.000 soldados estadounidenses en esta región. Estarán en estado de máxima alerta.
Ayer, los hutíes respaldados por Irán en Yemen amenazaron con reanudar los ataques contra los barcos estadounidenses en el mar Rojo si Estados Unidos se involucraba militarmente en Irán. Ahora habrá un gran temor a las represalias iraníes contra los activos estadounidenses y militares en la región y, por supuesto, a cómo Irán tomará represalias contra Israel.
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