Jocelyn Cabral es una maestra banileja jubilada que perdió a uno de sus hijos en la tragedia de la discoteca Jet Set del pasado 8 de abril.
Su hijo se llamó Sócrates José Peña Cabral, y su cadáver fue de los últimos en ser recuperados por los rescatistas en la zona cero.
Al leer su carta, una se transporta al dolor que vivió la poeta nacional Salomé Ureña de Henríquez cuando escribió «Mi Pedro», a sabiendas de que -por su enfermedad- no vería crecer a su vástago.
Jocelyn Cabral escribió un pequeño texto que publicó en Facebook, inicialmente para agradecer a quienes amaron a su hijo, pero que terminó siendo una carta a él, a Sócrates José.
Baní News publicó el texto y en menos de 24 horas tenía 124 mil views y más de 1000 reacciones. Personas de diferentes países dejaron sus comentarios en el post admirando la fortaleza con la cual Jocelyn asume la muerte de su hijo.
La carta
«A mis familiares, amigos y a todos los que se permitieron recibir tu sonrisa, tu nobleza , tu cariño, tu carisma, hijo amado, les agradezco tanto y todo en este momento donde tengo un corazón quebrantado por el dolor, pero esperanzador en las promesas de nuestro Padre.
«Yo no perdí un hijo, yo gané un hijo en el Reino de los Cielos y será luz en mi camino, cuando sea llamada por nuestro Señor.
«José, te quiero de una forma tan especial, que aunque no pueda verte ,ni tenerte en estos momentos, mi cariño sigue creciendo, porque me gusta cerrar mis ojos y mirar dentro de mi, donde aún te tengo, porque amarte es una certeza no solo un sentimiento y está tan arraigada en mí que incluso que si el tiempo intentara borrarte, mi corazón buscará la forma de volver a ti.
«Tus gestos, tus rutinas ,tu cariño y ese «¿Mami, comiste, te llevo comida?» se fue contigo, pero las oigo sin que me hables, tus cariños aunque no me toques.
«Extrañar no es estar vacío, porque estoy llena de ti, estás presente en tu ausencia.
«Eres luz a través de Dios y me guiarás todo lo que me quede de vida, hasta que Dios me llame a su presencia resplandeciente en mi alma para toda la eternidad.
«Tu fuerza y fortaleza para enfrentar las circunstancias de la vida son mi admiración, demostraste todo lo contrario al temor.
«Gracias por ser buen hijo, por estar siempre cuando te llamé, por darme tanto de ti. Seguir amándote me da fuerzas para seguir adelante. Te amo hijo, aunque me veas llorar, no pares tu vuelo, aunque fue inesperado, pero seguro con el eterno Dios, en el cual creíste y te dió valentía para ser un guerrero dentro de tu familia».
Por Patricia Báez Martínez. acento
