Sin ruido, poca presencia de alcohol y una pobre asistencia de bañistas. Así se han mantenido las playas más cercanas a la capital en lo que va del asueto de Semana Santa.
La calma, que reina en las playas de Boca Chica, Guayacanes y Juan Dolio mantiene preocupados a los comerciantes de esas zonas que, según comentaron, en años anteriores habían atendido al triple de personas.
Juan Darío Castillo, quien se dedica a alquilar mesas y vender comida en la playa de Juan Dolio, mostró su sorpresa por la poca afluencia de bañistas en este Viernes Santo y la comparó con “un día normal de semana”, cuando generalmente van pocas personas a las playas.

Desde que vio un equipo de prensa, Juan Darío se lanzó en búsqueda de que su preocupación sea externada en los medios de comunicación ya que, como dijo, esperaba recaudar mucho dinero en esta Semana Santa para saldar algunas deudas propias de su negocio.
El temor por la poca presencia de visitantes no solo preocupa a Juan Darío, sino a un grupo de comerciantes que se prepararon desde el Jueves Santo para recibir hoy a un gran público que no llegó
Boca Chica y Guayacanes
La situación de Juan Dolio se replica en otras playas cercanas a la ciudad como Boca Chica y Guayacanes, donde se evidencia una pobre presencia de visitantes a pesar de la insistencia de los trabajadores de las zonas para atraer clientes.
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