La variación global del clima en la Tierra por causas naturales y por la acción directa de los seres humanos, que produce cambios sobre todos los parámetros como: la temperatura, las precipitaciones, la nubosidad, etc., en diferentes etapas del tiempo es lo que se ha denominado como Cambio Climático.
Estos cambios en el clima que tienen efectos en todas las regiones del mundo se pueden observar en el medio ambiente. “Los casquetes polares” se están fundiendo y el nivel del mar está subiendo. En algunas regiones, los fenómenos meteorológicos extremos y las inundaciones son cada vez más frecuentes y en otras se registran olas de calor y sequías. Los glaciares se han encogido, el hielo en los ríos y lagos se está derritiendo (fenómeno conocido como el deshielo), los hábitats de plantas y animales han cambiado.
Sin embargo, hay dos aspectos importantes que debemos conocer para tener una noción clara del tema, porque con frecuencia se toman como sinónimos los términos: cambio climatico y calentamiento global. Existe una importante diferencia entre ambos conceptos, porque el calentamiento global es la causa del cambio climático. Es decir, el aumento de la temperatura provocado por las emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero es derivado por las acciones del ser humano que están provocando variaciones en el clima que de manera natural no se producirían.
Por eso es significativo saber y tomar conciencia que el cambio climático es responsabilidad del ser humano y sus emisiones de gases de efecto invernadero que calientan el planeta. Entre estos gases están el Dióxido de Carbono (CO2), causante del 63% del calentamiento global, Metano (CH4), Compuestos Halogenados, Ozono Troposférico, Óxido de Nitrógeno, que son provocados principalmente por la quema de combustibles fósiles para la generación de electricidad, la industria, el transporte, la calefacción, la ganadería, la agricultura, el tratamiento de aguas residuales, los vertederos, entre otros.
Los bosques y selvas tropicales desaparecen a velocidad vertiginosa como estamos viendo en California, en Europa y otras partes del mundo donde están ocurriendo grandes incendios forestales. En los últimos años se han destruidos más de 14 millones de hectáreas. Los bosques son sumideros naturales de carbono que mediante la fotosíntesis absorben CO2 y devuelven el oxígeno a la atmósfera.
En todo esto del cambio climático debemos entender que el efecto invernadero es un proceso natural que permite a la tierra mantener las condiciones necesarias para albergar vida en nuestro planeta. La atmósfera retiene parte del calor solar y sin el efecto invernadero, la temperatura media del planeta oscilaría entre 15 y 18 grados Celsius bajo cero. Pero como la atmósfera está compuesta por diversos gases y en la proporción adecuada, cumplen su cometido de mantener la temperatura adecuada para la vida en la tierra. Sin embargo, el problema está cuando las actividades del ser humano aumentan la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera y ésta retiene más calor del necesario, provocando que las temperaturas medias del planeta aumenten y se produzca lo que todos llamamos calentamiento global.
Entendidos en la materia han señalado la Revolución Industrial como el punto detonante en el que las emisiones de gases de efecto invernadero arrojados a la atmósfera empezaron a dispararse. El desarrollo de la agricultura, la tecnología, los medios de transporte y el crecimiento demográfico, etc., dieron lugar al surgimiento de un modelo de producción y consumo como nunca antes en la historia de la humanidad.
La población ha pasado de 800 millones a más de 7500 millones de habitantes desde mediados del siglo XVIII hasta la actualidad, lo que representa un crecimiento poblacional sin precedentes que aumenta el consumo general de todos los recursos. Este crecimiento demográfico deriva en el aumento de la demanda de bienes y servicios y requiere mayor producción de energía, que es obtenida principalmente a través de combustibles fósiles, lo que ha provocado que el planeta haya entrado en lo que una parte de la comunidad científica ha denominado el Antropocentro: una teoría que coloca al ser humano y sus intereses como centro y que supedita todo a sus necesidades y bienestar, creándose una nueva era geológica motivada por el impacto del ser humano en la tierra, cuyo principal resultado ha sido el aumento de la temperatura del planeta.
¿Qué trae como consecuencia este aumento global de la temperatura? La respuesta a esta interrogante es: la amenaza a la existencia misma del ser humano en la tierra. Porque pone en peligro la supervivencia de la flora y la fauna, el deshielo en los polos que a su vez aumenta el nivel del mar y amenaza los litorales costeros, la aparición de mayores fenómenos meteorológicos, sequías más prolongadas, que provoca la evaporación del agua, la muerte y desaparición total de especies animales y vegetales y como consecuencia la destrucción de los medios de subsistencia que produce la migración y la aparición del fenómeno de los “refugiados climático”.
El cambio climático es uno de los principales problemas ambientales de carácter global al que se está enfrentando la humanidad por sus crecientes repercusiones sociales y económicas. Desde las últimas décadas del siglo XX todos los países han estado tomando mayor conciencia del peligro que todo esto supone y a nivel internacional se han adoptado medidas para evitar el progresivo calentamiento del planeta. En 1988 se creó el Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC). En el año 2000 se da a conocer una publicación de la primera evaluación basada en estudios realizados por un amplio grupo de científicos, donde se advierte a la comunidad internacional de un problema real que está modificando las condiciones del planeta y apunta a la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 60 y 80% respecto a los niveles del año 1990.
Con los aportes del Grupo Intergubernamental sobre el cambio Climático (IPCC), la Organización de las Naciones Unidas (ONU) pone en marcha la Convención Marco sobre el Cambio Climático, conocido como Protocolo de Kioto. En este acuerdo, que entrá en vigencia a partir del año 2005, los países industrializados se comprometían a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.
El Protocolo de Kioto en términos generales tiene como objetivo proporcionar instrumentos que permitan la inversión en proyectos que no sean nocivos para el medio ambiente y que contribuyan a reducir las emisiones de gases que producen el efecto invernadero, a la vez promover el desarrollo sostenible en los países menos desarrollados.
En la decimoctava Conferencia de las Partes sobre cambio climático se ratificó el segundo período de vigencia del Protocolo de Kioto desde enero 2013 hasta diciembre de 2020.
La tierra se está calentando más rápido que antes y la ventana se está cerrando para evitar resultados catastróficos, advierte el IPCC. Los desafíos actuales por el cambio climático que provoca el calentamiento global hacen necesario una prórroga de los acuerdos del Protocolo de Kioto que permita mantener y ampliar los programas de desarrollo limpio para reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
Aunque este mecanismo ha requerido de inversiones de miles de millones en tecnología limpia con un reducido efecto sobre la atmósfera, descontinuarlo tendría en efecto negativo que empeoraría la situación que nos afecta.
El último informe del Grupo Intergubernamental sobre el cambio Climático (IPCC), donde hace referencia a que el nivel del mar seguirá aumentando entre 28 y 55 centímetros hasta finales de siglo XXI con respecto a los niveles actuales, ha hecho sonar una vez más las alarmas sobre las problemáticas del cambio climático.
Salvar nuestro planeta es responsabilidad de todos. Para los dominicanos y dominicanas debe ser un tema prioritario en la agenda y acciones de las autoridades nacionales, las organizaciones de la sociedad civil y la población en general.