El consumo de alcohol es uno de las principales causas de muerte prematura a nivel mundial. Las investigaciones para controlar el consumo peligroso y la adicción, se orientan tanto en la personalidad y el entorno que promueven el comportamiento poco saludable, como el acceso, la disponibilidad y el tamaño de los productos.
En la búsqueda de nuevas estrategias para mitigar la ingesta peligrosa de bebidas alcohólicas, investigadores de la Universidad de Cambridge publicaron una investigación en la revista científica Addiction que señaló que en los hogares del Reino Unido se consumen aproximadamente un 6,5% menos de vino cuando beben en vasos más pequeños (290 ml) que en vasos más grandes (350 ml).
El estudio monitoreó el consumo de 260 hogares del Reino Unido con un consumo promedio de al menos dos botellas de vino de 750 ml cada semana.
Durante dos períodos de intervención de 14 días, se pidió a los participantes que compraran una cantidad predeterminada de vino para beber en casa en botellas de 750 ml o 375 ml, en orden aleatorio.
Los investigadores, además les proporcionaron vasos más pequeños (290 ml) o más grandes (350 ml) para beber.
El volumen de vino consumido al final de cada período de intervención de 14 días se midió utilizando fotografías de las botellas compradas, que se pesaron en las balanzas proporcionadas por los científicos.
La experiencia reveló que el uso de copas más pequeñas redujo la cantidad de vino bebido en alrededor de un 6,5 % (253 ml por quincena), “aunque existe cierta incertidumbre en torno a este efecto”, citaron los especialistas en su investigación. Sin embargo, confirmaron que beber de botellas más pequeñas redujo la cantidad de vino consumido.
La investigación tiene particular sentido en el Reino Unido, país que lidera el consumo de vino en Europa, y la mayor parte se toma en los hogares y no en bares, restaurantes o pubs.
Estudios previos ya habían advertido que el uso de copas más grandes aumenta el volumen de vino que se vende en los restaurantes y el tamaño de las copas de vino en general ha aumentado drásticamente en las últimas tres décadas.
Si los especialistas logran ampliar sus investigaciones y demostrar que los efectos del tamaño de la copa de vino sobre el consumo son fiables, con efectos sostenidos en el tiempo, la reducción del tamaño de contenedor en que se bebe y que se utilizan en los hogares podría contribuir a las políticas para reducir el consumo de alcohol.
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