GINEBRA – Las máximas responsables de ambiente y derechos humanos en el sistema de Naciones Unidas celebraron que el Consejo de Derechos Humanos de la organización haya declarado, en esta ciudad suiza, que tener un ambiente limpio, saludable y sostenible es un derecho humano.
La directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), Inger Andersen, y la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, instaron a todos los Estados del mundo a traducir la declaración en políticas y medidas que sean efectivas.
“Ahora se requieren acciones audaces para garantizar que esta resolución sobre el derecho a un medio ambiente saludable sirva como trampolín para impulsar políticas económicas, sociales y ambientales transformadoras que protejan a las personas y la naturaleza”, dijo Bachelet.
La resolución del Consejo que estableció la nueva garantía fue impulsada por Costa Rica, Eslovenia, Maldivas, Marruecos y Suiza, y fue aprobada el 8 de octubre con 43 votos a favor y cuatro abstenciones: China, India, Japón y Rusia.
En paralelo, el Consejo estableció una relatoría especial dedicada a seguir el impacto de la crisis climática que padece el planeta sobre los derechos humanos.
Andersen declaró que “el reconocimiento del derecho a un medio ambiente sano es un hito histórico en nuestro trabajo actual por la justicia social y ambiental”.
También “es un mensaje para los mil millones de niños que corren un riesgo extremadamente alto de sufrir los impactos del cambio climático: un medio ambiente sano es su derecho. Nadie puede quitarles la naturaleza, el aire y el agua limpios, ni un clima estable”, expuso Andersen.
El Pnuma destacó “la incesante defensa del derecho a un medio ambiente sano”, y el apoyo a la declaración recogida en más de 13 000 organizaciones de la sociedad civil y grupos indígenas, y reuniones de más de 90 000 niños en todo el mundo.
“Es un mensaje para los 1000 millones de niños que corren un riesgo extremadamente alto de sufrir los impactos del cambio climático: un medio ambiente sano es su derecho. Nadie puede quitarles la naturaleza, el aire y el agua limpios, ni un clima estable”: Inger Andersen.
Andersen evocó como antecedente remoto la Declaración de Estocolmo, adoptada por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente de 1972.
En ella se proclamó que “el hombre tiene derecho fundamental a la libertad, la igualdad y el disfrute de condiciones de vida adecuadas en un medio ambiente de calidad tal que le permita llevar una vida digna y gozar de bienestar”.
Además “tiene la solemne obligación de proteger y mejorar el medio ambiente para las generaciones presentes y futuras”.
Andersen destacó que la resolución del Consejo este octubre “hace hincapié en los derechos a la vida, la libertad y la seguridad de los defensores de los derechos humanos que trabajan en asuntos ambientales”.
Solo en 2020 fueron asesinados más de 200 defensores del ambiente en el mundo, y “las agresiones físicas, las detenciones, los arrestos, las acciones judiciales y las campañas de desprestigio son la cotidianidad de estos grupos de ciudadanos y pueblos indígenas”, dijo Andersen.
Bachelet también consideró que la decisión del Consejo “rinde homenaje a décadas de arduos esfuerzos de las organizaciones de la sociedad civil y de los pueblos indígenas, así como de las instituciones nacionales de derechos humanos, las empresas, los ambientalistas y los activistas”.
Agregó que “debemos aprovechar este impulso para ir más allá de la falsa separación entre la acción ambiental y la protección de los derechos humanos. Está muy claro que ninguno de los objetivos puede lograrse sin el otro y, para ello, debe garantizarse un enfoque basado en los derechos humanos del desarrollo sostenible”.
Ambas responsables instaron a la Asamblea General de las Naciones Unidas para que adopte una resolución que, al igual que el Consejo en Ginebra, establezca el derecho al ambiente sano como un derecho humano fundamental.
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Articulo publicado originalmente por Ipsnoticial.net