- Un dormitorio organizado, a la vez que independiente de los ambientes de trabajo, estudio, ocio y vida familiar puede ayudar. La habitación tiene que ser un espacio tranquilo, con poca luz, limpio y ventilado.
- Cuantos menos dispositivos electrónicos dos horas antes de dormir, mejor. «Se pueden utilizar los momentos previos al descanso para relajarte, leyendo un libro, escuchando música o con una ducha», precisan los expertos.
- La siesta puede seguir formando parte de la rutina, siempre y cuando no supere los 20 minutos.
- Abandona el hábito tabáquico.
- El orden de las comidas importa más de lo que se pensaba. Tener unos horarios fijos para comer y cenar, así como no ingerir grandes cantidades de líquidos y sólidos dos horas antes de meterse en cama, es una de las claves.
- Los expertos recomiendan realizar, al menos, media hora de ejercicio físico de intensidad moderada todos los días. Por el contrario, hay que evitar los entrenamientos en las tres horas previas a acostarse.
- Más luz solar. Uno de los consejos más conocidos para mejorar la calidad del sueño es la exposición a la luz solar natural, nada más levantarse, así como para realizar las primeras actividades de la mañana.
- Las horas variarán en función de la edad, pero hay que respetar las que cada organismo necesite. de media, una adulto precisa unas siete.
- Tener horarios: establecer una rutina, con un horario fijo para acostarse, y levantarse, y no seguir en cama en las horas que no toquen dormir.
- Trata de reducir, al máximo posible, las actividades estresantes en las horas previas al descanso.
Fuente: Asociación Española del Sueño