El Semanario Camino, medio escrito del Arzobispado de Santiago, afirma: “Ya las noticias que narran crímenes horrendos están siendo cotidianas. Estamos perdiendo la capacidad de asombro frente al mal, y muchas personas están olvidando el mandato divino de: No Matarás”
Las consideraciones del órgano católico fueron recogidas en el editorial de su edición del pasado domingo 1 de agosto, que tituló “Todavía estamos a tiempo” en el que señala que cuando un pueblo ante las muertes violentas se queda sumando nuevas víctimas, como si fuera una operación matemática, “entonces estamos frente a un conglomerado que perdió el rumbo, dejando atrás los valores que dan sentido a nuestra existencia”.
A continuación el texto integro del editorial.
Todavía estamos a tiempo
Cuando una sociedad se vuelve indiferente, y ve el dolor y la tragedia como un episodio más, está cerca del abismo y la desaparición.
Cuando un pueblo mira las muertes violentas y se queda sumando nuevas víctimas, como si fuera una operación matemática, entonces estamos frente a un conglomerado que perdió el rumbo, dejando atrás los valores que dan sentido a nuestra existencia.
En nuestro país, lamentablemente estamos caminando hacia ese espacio horrible. Ya las noticias que narran crímenes horrendos están siendo cotidianas. Estamos perdiendo la capacidad de asombro frente al mal, y muchas personas están olvidando el mandato divino de: No Matarás.
Es que una parte de la sociedad dominicana está socialmente enferma. Ya que un desacuerdo se resuelve con balas. El diálogo apaciguador ha quedado atrás. Las palabras conciliadoras están siendo sustituidas por armas de fuego.
Es la hora de cambiar este panorama sombrío. Todavía estamos a tiempo. Tenemos que gritar por todas partes, de que es urgente propiciar una cultura de paz, y que otro mundo fraterno es posible. Mientras tanto, sugerimos a las autoridades gubernamentales, revisar urgentemente los requisitos para quienes deseen portar un arma de fuego. Cuántos dominicanos hoy llevan al cinto un revolver o pistola sin tener la menor aptitud para portarla. Cuántas desgracias se evitarían si existiera en nuestro país un verdadero control en esta materia.
No permitamos que los violentos hagan de nuestra patria querida un infierno.
Fuente: file:///C:/Users/camino%20real/Desktop/FORUM%20ABIERTO/Semanario-Catolico-Camino-4.pdf