Tras el desprendimiento se observa un enorme cráter en la montaña y un reguero de toneladas de hielo y piedras bajo las que será muy difícil recuperar a los desaparecido.
EFE Roma, Italia
El desprendimiento de una parte del glacial de la Marmolada, en los Dolomitas (Alpes italianos) que ha causado la muerte de 7 alpinistas y 13 desaparecidos, es un «hecho imprevisible» pero que debido al cambio climático será inevitablemente más frecuente, explica a EFE el experto en glaciología y director del Instituto de Ciencias Polares del Consejo Nacional de Investigación italiano (CNR), Carlo Barbante.
Tras el desprendimiento se observa un enorme cráter en la montaña y un reguero de toneladas de hielo y piedras bajo las que será muy difícil recuperar a los desaparecidos, pero tragedias así se repetirán en el futuro, porque «con el cambio climático y la subida de la temperaturas desde hace décadas, está claro que episodios como estos son posibles», explica Barbante.
«Son eventos que en los glaciares siempre se han producido, pero que se han acelerado en los últimos tiempos por el calentamiento global. Los glaciares se funden así, no gota a gota, y estos episodios serán siempre más frecuentes con estas altas temperaturas», advierte.
Lo que sucedió este domingo en los Dolomitas «no era quizás predecible», añade este experto, pero apunta a que había que notar «que la situación de las últimas semanas era realmente alarmante, con aumentos de temperaturas continuadas».
«En los últimos días el cero térmico estaba por encima de los 4.000 metros y esto ha provocado que grandes cantidades de agua se hayan filtrado dentro del glaciar y lubricado la parte entre la roca y el hielo, provocando una masa de agua enorme que ha hecho presión y provocado el desplome de 350.000 metros cúbicos de hielo», explica.
El también profesor universitario, que se ocupa desde hace años de reconstrucciones climáticas y ambientales y del desarrollo de metodologías analíticas innovadoras en los campos ambiental y biológico, apunta que «todos los glaciares en los Alpes están en retroceso, en gran peligro, sufriendo el cambio climático, algunos más que otros porque están a una altitud más baja».
Asegura que esto es algo que volverá a pasar: «Para los próximos treinta años por lo menos, ya hemos hipotecado nuestro futuro. El cambio climático nos dice que para los próximos treinta años cualquier opción que tomemos ya no servirá, y los glaciares alpinos están ya perdidos y van a continuar su fusión y su pérdida de masa».
Según los estudios realizados por el CNR italiano, los glaciares alpinos por debajo de los 3600 metros de altitud desaparecerán por completo, añade Barbante, quien explica que el glaciar de la Marmolada se estimaba que tardaría 30 años en desaparecer, pero con la rapidez con la que se está fundiendo se cree que será en mucho menos tiempo.
En su opinión, la pérdida de los glaciares es de vital importancia, pues «son la mayor fuente de agua dulce potable para nuestro planeta y un recurso inestimable en algunas partes, como en Bolivia o en India, donde la población vive de este recurso hídrico».
En el caso de los Alpes, el aporte hídrico es menos importante porque Italia depende más de las faldas acuíferas, «pero a veces son determinantes en momentos de sequía» como el que actualmente vive el país.
Pero además, destaca, los glaciares son «una memoria inestimable» porque «dan información muy importante sobre cómo el clima cambió en el pasado y sobre los eventos que podemos esperar en el futuro, y perderlos es un recurso muy importante desde el punto de vista del estudio y la investigación».
Para evitar estas tragedias, Barbante explica que sería necesario introducir también en verano el sistema de alerta de avalanchas y peligro que existe en la montaña durante los meses invernales.