Si quieres disfrutar de una vida plena es necesario tener un propósito, un objetivo que se ajuste exactamente a tus deseos más personales y que te impulse cada día a seguir adelante.
Eva Carnero. Periodista especializada en bienestar y nutrición
No son pocas las teorías, estrategias, herramientas o técnicas que con mayor o menor seriedad abordan el tema de la felicidad. Y es que, desde los orígenes de la Humanidad, el ser humano, además de buscar el modo en que alimentarse para sobrevivir, no ha cesado en su empeño por encontrar la felicidad, independientemente de lo que cada uno entienda por este deseo.
Entre todas esas propuestas, merece la pena destacar algunas voces excepcionales como las de los científicos e investigadores de la Universidad de Harvard, referente en este asunto del bienestar emocional, a raíz de ser la responsable e impulsora del estudio más amplio y prolongado en el tiempo sobre la felicidad.
¿PARA QUÉ ME LEVANTO CADA DÍA?
Además de los estudios y conclusiones obtenidas por Robert Waldinger, uno de los directores del estudio americano, existen otras tan relevantes como aquellas. Entre ellas, nos detendremos en las que aporta el psiquiatra, Enrique Rojas, quien en una de las conferencias que organiza Mentes Expertas afirmaba, entre otras cosas, que «Una persona feliz es aquella que ha sabido diseñar un proyecto de vida, coherente y realista».
Además, el experto en salud mental señala, explica y profundiza en los cuatro grandes argumentos que giran en torno al concepto de proyecto de vida, amor, trabajo, cultura y amistad.
A partir de estos cuatro elementos, el psiquiatra concluye que «la felicidad consiste, siguiendo este curso de ideas, en un trabajo artesanal que hacemos cada uno de nosotros, según nuestras experiencias personales, con estos cuatro elementos que forman nuestra constelación geográfica».
Como colofón a su intervención, a esos cuatro elementos mencionados, Rojas añade las aficiones, como telón de fondo. Y es que, identificar los hobbies que más encajan con cada uno y practicarlos con regularidad es algo mucho más importante de lo que pensamos.
CADA UNO LA SUYA
Teniendo en cuenta que la felicidad para Rojas requiere el diseño previo de un propósito vital, se deduce que ese deseo es muy personal. Tanto es así, que la experiencia nos dice que mientras para unos la felicidad es tener una gran cantidad de dinero en la cuenta corriente, para otros, este estado de bienestar solo llega a través de unas relaciones personales fuertes y consolidadas.
Ahora bien, más allá de a qué le demos prioridad, para el psiquiatra la forma de acercarnos o incluso, de alcanzar la felicidad (sea lo que sea) es la misma. Es decir, los pasos a seguir no son diferentes. Además, Rojas recalca la idea de que ese bienestar emocional no se experimenta cuando se cumple el objetivo, sino a lo largo del camino. La sensación de progreso es lo que nos llena de satisfacción y nos motiva para levantarnos cada mañana. Es lo que los japoneses llaman ikigai, término que podría traducirse como «la razón de vivir».
UN CAMINO DE SEIS PASOS
Partiendo de la idea general de que la felicidad se dibuja de un modo absolutamente personal, el psiquiatra proporciona algunas de las claves a tener en cuenta a la hora de construir nuestro proyecto de vida.
- Debe ser individual. La creación de nuestro propósito vital debe partir de uno mismo. Solo de esta manera tendrá sentido y posibilidades de alcanzar el éxito.
- Armónico y coherente. Una vez hemos identificado nuestro objetivo en la vida, nuestro ikigai, la clave es que los pasos que conducen a la meta deberían ser coherentes. El hilo conductor debe ser equilibrado, y evitar las contradicciones.
- Integrador. Debería contemplar estos cinco elementos: amor, trabajo, cultura, amistad y aficiones. Tal y como apuntábamos en los primeros párrafos de este artículo, todo proyecto de vida ha de contemplar esos cinco conceptos. Eso sí, teniendo en cuenta que «la voz cantante la llevan los dos primeros: amor y trabajo, que son las dos principales piezas para ser feliz», señala el experto.
- Cargado de ilusión. Según Rojas, «la felicidad consiste en ilusión. Y eso se traduce en anhelo, esperanza y entusiasmo. Vivir el presente empapado de un futuro sugerente que nos empuja a avanzar en esa dirección. Y es que, por muy brillante que sea el diseño de un proyecto vital, si no está creado con ilusión, será muy difícil que se lleve a cabo con éxito. De hecho, la actitud con que se ejecute cada uno de los pasos es crucial para seguir avanzando.
- Convincente y motivador. Poseer la voluntad para luchar por todos y cada uno de los objetivos que jalonan nuestro proyecto vital es imprescindible. Para que esta fuerza de voluntad actúe y no flaquee es fundamental la motivación. Ambas herramientas, voluntad y motivación están íntimamente relacionadas. Si hay una fuerte motivación, la voluntad está más robusta y supera las adversidades y dificultades con más firmeza.
- Positivo y optimista. El estado de felicidad ha de ir vinculado con un estado de ánimo positivo. Es, sin duda, uno de los motores principales que nos llevan y elevan de un punto al siguiente en nuestro recorrido hacia la felicidad.
Fuente: SABERVIVIRtve