Las baterías que se emplean en los vehículos eléctricos -así como en la industria electrónica y otras tantas- requieren de una serie de minerales con unas propiedades físicas y químicas adecuadas. De los materiales que se requieren para hacer baterías algunos son muy abundantes, como el manganeso (NMC) o el hierro (LFP), pero hay otros que no son tan abundantes: níquel, cobalto o litio.
Quien dice abundantes, mejor quiere decir disponibles. La explosión de ventas de vehículos eléctricos está teniendo una consecuencia en el mercado de las materias primas, una elevada presión sobre los mineros y la industria transformadora. Cada vez lo tienen más difícil para mantener el ritmo, y cuando hay un déficit de materias primas entonces toca tirar de reservas. Algunos analistas hablan de acaparamiento por si persiste la escasez.
Estas reservas son limitadas, y según se van terminando los precios van subiendo. Todo esto va a tener un efecto a corto plazo, y es que el continuo descenso en los precios de las baterías se va a frenar o puede haber un rebote hacia arriba. Esto demorará un tiempo la llegada de más modelos asequibles, así que los fabricantes no podrán aflojar los precios en la medida que les gustaría.
Veamos el panorama…
El níquel está en su nivel precios más alto desde agosto de 2011, pasando de 24.500 dólares la tonelada. A principios del año pasado había almacenadas unas 250.000 toneladas de níquel en forma pura y de briquetas en los almacenes certificados por la Bolsa de Metales de Londres. Al acabar el año estaban ya por debajo de 100.000 toneladas. La mayoría del metal se ha ido a China.
Respecto al cobalto, casi todo sale de la República Democrática del Congo, que aporta el 70% del suministro mundial. Los precios han recuperado niveles de julio de 2018, 70.000 dólares por tonelada. La crisis del coronavirus ha creado un cuello de botella en la cadena de suministro, principalmente hasta China. De acuerdo a la consultora Benchmark Mineral Intelligence (BMI), China importó 82.100 toneladas en 2021, solo un 2,5% más que en el annus horribilis de 2020.
De la misma consultora nos viene el dato del coste de una tonelada de carbonato de litio, más de 50.000 dólares por tonelada ahora mismo. Al empezar 2021, estaba por debajo de 10.000. El problema aquí ha sido la falta de inversiones durante años. Ahora que los precios se han disparado merece muy mucho la pena invertir en extraer y procesar litio, pero eso lleva su tiempo, así que habrá falta de litio durante algunos años. La industria del reciclaje también está aumentando su pujanza por este motivo.
En definitiva, podemos comprobar que el aumento de las ventas de vehículos eléctricos ha sobrepasado las previsiones de varios eslabones de la industria: minería, transformación, fabricantes de baterías y de automóviles, etc. Ya no hay unos pocos fabricantes pidiendo baterías al goteo, hay muchos fabricantes con una demanda creciente de baterías que ahora mismo no puede satisfacerse, por eso las reservas se están fundiendo.
Sí, se están haciendo grandes esfuerzos por empezar a producir litio a patadas, y utilizar químicas menos dependientes de minerales escasos o que vienen de países en conflicto o donde los derechos humanos son papel mojado. Pero eso lleva tiempo, sobre todo para tener disponibilidad industrial y abundante. Los fabricantes están asegurándose ya el suministro para la segunda mitad de la década.
Asimismo, se trabaja en reducir la dependencia de Asia, y quien dice Asia dice China, y que las cadenas de suministro sean de menos eslabones y más cortas. Incluso los fabricantes empiezan a querer controlar toda la cadena de las baterías, desde la obtención de los materiales hasta su reciclaje. Pero, insisto, esto lleva tiempo, así que es probable que en el transcurso de unos meses la electromovilidad tenga que echar el freno, al menos para la parte baja del mercado.
A menos que las reservas se puedan reponer y aumente el flujo de minerales, los precios van a continuar subiendo este año.
Por: Javier Costas Franco. Forococheselectricos
Fuente: REUTER