Aunque el icónico Manhattanhenge sólo ocurre unas pocas veces al año, siempre hay lugares impresionantes para contemplar la puesta de sol bajo los emblemáticos rascacielos de la ciudad de Nueva York. Sumérgete en el cálido resplandor dorado y deja que el mágico espectáculo se despliegue ante tus ojos.