La fiebre del turismo espacial se extiende entre los rostros más conocidos. Esta vez, la cantante Katy Perry es una de las seis mujeres que integra la última misión tripulada del cohete New Sephard de la empresa Blue Origin. El vuelo está programado para este lunes y se retransmitirá en directo por la compañía del magnate Jeff Bezos a través de sus redes sociales y su página web.
Será la primera misión turística espacial compuesta íntegramente por mujeres desde que Valentina Tereshkova despegara en solitario en 1963, aunque la cosmonauta soviética era ingeniera y piloto, a diferencia de las nuevas viajeras. Se trata del undécimo vuelo tripulado del New Sephard y el trigésimo primero en la historia del programa, que ya ha transportado a 52 personas más allá de la línea de Kárman, el límite internacional del espacio situado a 100 kilómetros de altitud. Blue Origin lidera, junto a SpaceX, de Elon Musk, y Virgin Galactic, de Richard Branson, el lucrativo negocio de llevar a millonarios fuera de la atmósfera terrestre. Es un mercado exclusivo, reservado para quienes pueden pagar experiencias que cuestan millones de dólares.
Una tripulación de estrellas
Junto a la estrella del pop, viajarán mujeres influyentes de distintos ámbitos para cumplir con el objetivo de inspirar a las nuevas generaciones. La periodista y piloto Lauren Sánchez, pareja de Bezos, liderará la expedición. Galardonada con un Emmy y actual vicepresidenta del Bezos Earth Fund, Sánchez es también la autora del libro infantil The Fly Who Flew to Space. Su protagonista acompañará simbólicamente a la tripulación en el emblema de la misión.
A ellas, se suma Aisha Bowe, ingeniera espacial y fundadora de STEMBoard, una empresa tecnológica dedicada a formar a estudiantes en ciencia y tecnología. Excolaboradora de la NASA, Bowe ha trabajado en el desarrollo de cohetes y lidera iniciativas educativas globales como LINGO. Amanda Nguyen, activista vietnamita-estadounidense y científica especializada en bioastronáutica también forma parte de la tripulación. Estuvo nominada al Nobel de la Paz por su labor contra la violencia sexual y ha participado en proyectos de la NASA como la misión STS-135 y el telescopio Kepler. Blue Origin ha destacado su vuelo como un «símbolo de reconciliación entre Estados Unidos y Vietnam» y de ciencia al servicio de la paz. El escudo de la misión incluye una estrella que representa la ambición de Bowe y una balanza para simbolizar la justicia social que defiende Nguyen.
La copresentadora de CBS Mornings y colaboradora habitual de Oprah Winfrey, Gayle King, es otra de las integrantes del grupo. Su símbolo en el emblema es un micrófono. Completa el elenco Kerianne Flynn, cineasta y activista comunitaria, representada por un carrete. Ha producido documentales sobre el papel de las mujeres en Hollywood y la lucha por la igualdad salarial, como This Changes Everything (2018) y LILLY (2024). La nave en la que viajarán lleva el nombre del astronauta Alan Shepard, el primer estadounidense en viajar al espacio.
Katy Perry, que acumula más de 115.000 millones de reproducciones en plataformas digitales y es Embajadora de Buena Voluntad de UNICEF, ha confesado que sueña con este viaje desde hace dos décadas. La artista, representada en el escudo con unos fuegos artificiales —en alusión a su popular canción Firework— ha asegurado que de pequeña tenía mucha imaginación y siempre se ha sentido atraída por «la astrofísica, la astronomía y la astrología». Por eso, ahora quiere inspirar a las niñas para que también sueñen con ir al espacio. Después del vuelo, Perry retomará su gira mundial The Lifetime Tour, con paradas en Barcelona y Madrid en noviembre.
Un viaje tan caro como breve
El lanzamiento del New Shepard está previsto para las 15.00 (hora peninsular española) desde el desierto de Texas. El cohete, completamente autónomo y sin piloto, acelerará a más de 3.700 km/h —más de tres veces la velocidad del sonido— y superará la línea de Kármán. La cápsula permanecerá en ingravidez durante unos diez minutos antes de iniciar un descenso controlado con paracaídas.
Desde que Jeff Bezos fundó Blue Origin en 2000, la compañía ha evolucionado de la investigación privada a un papel protagonista en el mercado del turismo espacial, que el Foro Económico Mundial estima que alcanzará entre 4.000 y 6.000 millones de dólares en la próxima década.
Un asiento en el New Shepard puede costar más de un millón de dólares, aunque Blue Origin no ha especificado el precio exacto de esta misión. Para reservar un asiento de la compañía, los clientes deben rellenar un formulario que incluye un depósito de 150.000 dólares. Algunos vuelos no siempre se venden, sino que se ofrecen a personalidades con una trayectoria valorada por la empresa.
La moda del turismo espacial
Esta nueva misión llega pocas semanas después de que el aventurero y presentador Jesús Calleja se convirtiera en el tercer español en viajar al espacio y el primero sin formación como astronauta como participante de la décima misión del New Shepard.
El turismo espacial tiene ya más de dos décadas de historia. El primero fue Dennis Tito, que pagó 20 millones de dólares en 2001 a cambio de pasar unos días en la Estación Espacial Internacional (EEI). Le siguieron otros seis empresarios, como el fundador del Circo del Sol, Guy Laliberté, hasta que la ruta turística se detuvo en 2009. La actividad se retomó en 2021 con un nuevo enfoque, más centrado en el marketing que en el entrenamiento. En aquel viaje de 12 días participaron el millonario japonés Yusaku Maezawa y su asistente Yozo Hirano, la primera con dos visitantes en la misma nave.
Desde entonces, la lista de visitantes incluye a magnates tecnológicos o actores, además de científicos y divulgadores. Hace solo unos días que el inversor en Bitcoin Chun Wang alcanzó otro récord al sobrevolar ambos polos en una cápsula de SpaceX. A pesar de que las empresas ofrecen una exhaustiva formación previa, el entrenamiento ha pasado a un plano secundario. Lo fundamental es el dinero. Cada misión es un escaparate para marcas personales, carreras artísticas o causas filantrópicas en el nuevo destino de lujo. La actriz rusa Yulia Peresild y el cineasta también ruso Klim Shipenki, por ejemplo, llegaron a la EEI en octubre de 2021 para rodar la primera película de la historia en ingravidez.
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