EFE
La ciudad de Nueva York dejará de exigir a sus empleados públicos que estén vacunados contra la covid-19 a partir del viernes, un cambio de política que se atribuye a la alta tasa de vacunación y con la que abre la puerta a sus casi 1.800 extrabajadores despedidos por no aportar pruebas de inmunización.
La orden de vacunación para los funcionarios emitida a finales 2021 por el exalcalde Bill de Blasio ha llevado a una tasa de vacunación del 96 % en la plantilla pública local -unos 331.000 empleados- pero se encontró en su momento con cierta resistencia, que se tradujo en una serie de demandas y se saldó finalmente con 1.780 despedidos, los que se negaron a vacunarse tras las múltiples advertencias.
En un comunicado, el alcalde actual, Eric Adams, anunció que la vacunación contra la covid-19 será opcional para todos sus funcionarios “actuales y futuros”, incluyendo a los trabajadores sistema educativo público en la ciudad y también a los de centros privados como escuelas, guarderías y atención infantil temprana.
Los visitantes de las escuelas tampoco estarán obligados a enseñar la certificación de al menos una dosis de la vacuna, como ocurría hasta ahora.
En cuanto a los despedidos, la administración señala que los 1.780 extrabajadores que no aportaron prueba de vacunación “no podrán volver automáticamente a sus puestos previos” pero sí “solicitar puestos en sus antiguas agencias a través de las normas, regulaciones y procesos de contratación existentes en la ciudad”.
Adams dijo que un 80 % de los neoyorquinos están inmunizados con las dosis iniciales contra el coronavirus y consideró que al haber más “herramientas” de salud pública es el “momento correcto para estar decisión”, aunque siguió animando a la población a vacunarse, ponerse dosis de refuerzo y tomar precauciones.
El levantamiento de una de las medidas más estrictas de EE.UU. contra la covid-19 -que tuvo su epicentro en Nueva York inicialmente- se produce meses después de la eliminación del requisito de vacunación para el sector privado, también polémico, y de que los restaurantes de la ciudad lo hayan eliminado para el consumo en espacios interiores.