El caos que se genera en la ciudad por el congestionamiento vehicular incide en la salud mental de los ciudadanos produciendo cambios en sus emociones que se reflejan en ansiedad, irritabilidad, inseguridad, agotamiento o cansancio.
La psicóloga clínica y decana de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), Marisol Ivonne Guzmán, indicó que el tránsito se ha convertido en un factor en extremo estresante, ya que articula varios detonantes que actúan como amenazas para las defensas psicológicas de los dominicanos.
En un documento indica que salir a las calles es exponerse a situaciones de estrés, que hasta cierto punto es normal sentirlo cuando reaccionamos de forma positiva, pero si los factores externos son muy demandantes el sistema de afrontamiento genera respuestas negativas.
Las variables más reconocidas son el ruido de las bocinas, el congestionamiento del tráfico en larga duración, pases vehiculares por los agentes, sensación de impotencia, irritabilidad por no poder solucionarlo, imprudencia de conductores, insultos en las calles, contaminación y ambiental, entre otros.
Quienes están expuestos a estas situaciones pueden llegar a sentir ansiedad, irritabilidad, inseguridad, agotamiento o cansancio, afectando la calidad de vida y productiva para cumplir con las actividades diarias, detalla.
Además, señaló que el congestionamiento del tránsito es un problema que afecta la salud mental que se asocia a problemas relacionados a la ansiedad, depresión y descontrol de los impulsos.
Resaltó que ante este cuadro de amenazas para la salud mental, se hace evidente que hay que corregir cualquier tipo de desequilibrio relacionado con el tránsito y la conducta humana e incluir el temaen la planificación de una solución a la problemática.
Recomendaciones
Para lidiar con las secuelas del estrés que genera la obstrucción de vehículos, recomendó a los empleadores crear programas de apoyo emocional para sus colaboradores donde se les ayuden a responder ante las situaciones de estrés que esto provoca.
Programar las salidas para evitar recorridos innecesarios, salir con actitud positiva, evitar los roces e incumplimiento de las leyes, ceder el paso, no hacer imprudencias, salir con más tiempo del requerido, evitar parquearse en zonas no permitidas, usar el metro en horarios de pocos flujos y tratar de mantener las manos desocupadas.
Además de mantener una rutina de hábitos saludables para crear un balance entre los estresores.
Finalmente, indicó que estas recomendaciones deben ir de la mano con el cumplimiento de las normas y leyes para lograr un tránsito seguro.
Fuente: Listín Diario