GINEBRA – El comercio marítimo internacional ha podido amainar la tempestad provocada por la pandemia covid-19, gracias al aumento de la demanda y los fletes, pero los países más pobres se ven afectados al subir de precio las importaciones, señaló un nuevo estudio de la Unctad.
Los impactos de la crisis de la covid «afectarán en mayor medida a los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID) y a los Países Menos Adelantados (PMA)», afirmó Rebeca Grynspan, secretaria general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad).
El estudio muestra que la actividad comercial marítima se contrajo 3,8 % en 2020, con la crisis detonada por la pandemia, pero se ha recuperado y ahora se prevé un aumento de 4,3 % para el año en curso.
Las perspectivas para ese comercio en el mediano plazo se mantienen positivas, pero sujetas a «riesgos e incertidumbres crecientes», y los efectos secundarios de la covid «serán de gran alcance y podrían transformar el transporte marítimo».
La pandemia dejó al descubierto e incrementó problemas ya existentes en el sector, como la falta de mano de obra o las carencias en materia de infraestructuras, y otros nuevos como los cambios de tripulación afectados por los cierres de fronteras.
Cientos de miles de marinos quedaron varados en alta mar, sin poder ser reemplazados o repatriados.
El repunte del comercio se encontró con otros problemas logísticos derivados de la pandemia, tales como «la escasez de equipos y contenedores, servicios menos seguros, puertos congestionados y mayores retrasos y tiempos de espera».
También sufre las limitaciones de suministro en el transporte de contenedores, mientras, pese a una disminución de 16 % el año pasado, las compañías navieras aumentaron sus pedidos para la construcción de nuevos buques en 2021.
Pero el informe igualmente advierte que aumentarán considerablemente los precios de las importaciones y al consumidor si continúa el actual aumento de las tarifas de los fletes de los contenedores.
Se prevé un aumento promedio de los precios de las importaciones a nivel mundial de 11 por ciento por esa circunstancia, pero para los PEID se podrían incrementar hasta en 24 %.
De mantenerse las actuales tarifas de los fletes, en 2023 los precios mundiales al consumidor aumentarían 1,5 %, pero ese incremento alcanzaría a 2,2 por ciento en los PMA y 7,5 % en los PEID.
El aumento de los costos del transporte marítimo de contenedores ha sido un reto para todos los comerciantes y gestores de la cadena de suministro, especialmente para los cargadores más pequeños, menos capaces de absorber el gasto adicional y en desventaja al negociar las tarifas y reservar espacio en los buques.
A comienzos de 2021, según la Unctad, por los mares del mundo se desplazaban 99 800 buques capaces de cargar más de 100 toneladas cada uno, con una capacidad total equivalente a 2135 millones de toneladas de peso muerto, en el que un buque puede transportar cuando está cargado hasta el calado máximo admisible.
El transporte marítimo también debe enfrentarse a la adaptación al cambio climático y a una mayor resiliencia, así como a la urgente necesidad de descarbonizar y encontrar combustibles alternativos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que inevitablemente tendrá un costo.
Mientras tanto, el comercio electrónico, acelerado por la pandemia, transforma los hábitos de compra y los patrones de gasto de los consumidores, impulsando la demanda de instalaciones de distribución y almacenamiento, habilitadas digitalmente y con servicios de valor añadido.
Esto podría generar nuevas oportunidades de negocio para el transporte marítimo y los puertos.
En síntesis, según la Unctad, la recuperación socioeconómica mundial dependerá de un transporte marítimo inteligente, resiliente y sostenible, y de un amplio esfuerzo de vacunación mundial, en el que los países en desarrollo tengan un acceso más justo a las vacunas.
Fuente: Ipsnoticias.net